Pero aún así, no olvidó a ese chico....
Maldecía cada vez que recordaba el día en que le
presentaron a Gerardo. Él se había enamorado de Agnes – aunque más parecía que
estaba celoso de Raúl y lo rechazaba totalmente, pues este ahora se robaba las
sonrisas de mi risueña amiga –, por eso se hizo muy amigo mío y de Lina, nos
llevábamos bien pero resultaba pesado ya que nos quería acompañar a cualquier
lugar, le presentaron a Agnes y ahora los cuatro andábamos juntos. Creo que
pasamos mucho tiempo así.
Estuvimos presentes cuando él le dijo que la amaba – Lina
me miró preocupada y yo a ella, Raúl nos contó días atrás que esperaba el
momento oportuno para declarársele -, la tomó de las manos y mirándonos esperó
respuesta de Agnes pero ella quedó muda en el momento en que él le dijo ‘¿tú no
me amas?’.
Nos tuvimos que retirar aunque los observamos desde el
muro de los salones hasta que el prefecto nos encontró.
Se hundió en el profundo y espeso color de sus ojos.
Esos que muchas veces lo sentía frío y que la envenenaba en amor. Lo último que
vi fue que Gerardo la cogió de los brazos y la besó. No sé si habría aceptado.
Agnes nunca olvidaría ese beso pues la había hechizado
y a pesar de que lo empujó con desdén, él le dijo que la amaba pero ella se
alejó corriendo.
En clase la vimos mal, confundida, feliz, se le veía a
simple vista: enamorada…Nos sentábamos en fila para estar cerca pero ella no
habló. Y Gerardo no entró a clases.
(Ese es un mal terrible, digo que cuando estás en ese
estado se te adormece el cerebro hasta el punto en que no puedes pensar).
Terminado la clase nos contó lo que había sucedido.
Lina y yo quisimos decirle lo de Raúl pero le íbamos a malograr el plan, así
que callamos. Tampoco le podíamos contar a él.
Lo que pasó al día siguiente me lo perdí ya que ese
día falté, pero me lo contó Lio: en el receso, Gerardo se disculpó con Agnes y
le preguntó, esta vez ‘formalmente’, si quería ser su novia, ella tardó en
contestar pero aceptó…no sonrieron sino que se quedaron pegados en un abrazo
profundo (claro, como siempre hasta que el auxiliarsucho los encontró y los
amonestó).
No podíamos negar que
cuando estuvo con Gerardo se la veía muy feliz, (aunque el prefecto se propuso
malograrle el romance vigilándolos), y sobretodo con ganas de seguir estudiando
en la carrera de Estomatología.
Estábamos ya en el quinto ciclo
y Gerardo también, pues se encontraba repitiendo.
Raúl de igual forma estaba
en la misma aula y ya se había enterado de lo de Agnes. Yo lo veía un poco
triste.
Lina me dijo que era un
bodrio de persona pues era un cínico y otras cosas más – yo no entendía por qué
lo decía tan molesta. Después me lo explicó.
Su relación sólo se mantuvo
un par de meses porque durante una fiesta, él conoció a Lesly que le simpatizó mucho y se veía a escondidas con ella.
Ella era la ‘popular’ del
aula, cualquier chico que le gustaba cualquier chico que seducía y muchas veces
lo atrapaba. Y eso hizo con Gerardo.
Por lo visto, Agnes se
enteró poco después, ya que fue a casa de Lina muy amarga y lloriqueando... – eso
fue lo que me dijo.
Raúl no se alejó de nosotras y mucho menos de Agnes,
estuvo con ella en todo momento.
Agnes no soportaba lo que le había sucedido. Lina fue
de viaje y me quedé con ella, tuve que ayudarla y aunque utilicé las armas psicológicas
para comprender y dar consejos…ella se deprimióL. Y eso que quería estudiar psicología. No sabía que
más decirle.
Se la veía decaída. No era para menos pues Gerardo era
su gran amor, su primer amor y al que ella estaba esperando que llegara. Sin
embargo, ¡eureka! decidió reflexionar y no tirar todo al tacho por una persona.
Cuando nos reunimos para hacer un trabajo, vimos a ese
personaje no deseado.
Pasaba cerca a la casa de Agnes y ella tenía que
lidiar con eso todos los días, ya que siempre se encontraban por el camino pero
ella se alejaba.
Fui muy feliz a su lado – me dijo – toda esa felicidad
y aquellas sonrisas fueron aparentadas pues quizá Gerardo nunca fue feliz
conmigo… –con esas palabras casi me echo a llorar junto a ella, estuvo muy
sensible ante ese hecho. Sobretodo por la canción de fondo que escuchaba en ese
momento, que decía: ♪‘no tienes una idea de la soledad pues ya estás con
alguien más, el tiempo te va enseñar…♫’
Seguía recordando lo feliz que fue al lado de Gerardo
y lo tan corto que fue su felicidad, – siguió así y por eso no pudimos
presentar el trabajo…
Y para colmo de mal, Gerardo ni siquiera tenía idea de
por qué Agnes estaba molesta. Ella sabía que solo se veía con Lesly pero no si
sucedió algo entre ellos…
Lina regresó después de cinco días.
(Pienso que cuando estás en la facultad o ya eres una
persona joven y compartes problemas en la que uno/a puede ayudar, consigues
amigos y ellos son los que realmente te apoyarán; las tres éramos inseparables,
éramos como hermanas)J.
Gerardo no nos dejaba de hablar – a Lina y a mí –. Nos
decía que convenzamos a Agnes para que lo perdone y se reconcilien. Yo no
aceptaba eso pero se lo dije y dependía de su decisión.
Busqué un momento apropiado para decírselo, sabía que
se molestaría conmigo pero Gerardo se había convertido en un amigo más y a
pesar de los reproches que le hice, lo ayudé.
Agnes me hizo recordar toda mi niñez, de aquellos
juegos, de lo que compartimos…cuando le dije sobre Gerardo pero resultó
perdonándolo y volvieron a estar juntos otra vez.
Se podía decir que esta vez estuvieron muy juntos ya
que raras veces nos reuníamos en el receso para charlar.
Y cuando lo hacíamos, nos acompañaba Gerardo y poco a
poco nos llevamos muy bien con él – digo ‘nos llevamos’ porque a Lina no le
simpatizaba mucho después de lo ocurrido y a mí me fastidiaba que le haya
mentido.
Yo lo veía como una persona que no confiaba en nadie,
dolido por alguna cosa, parecía una persona reprimida y sola, sentía que debía
ayudarlo en algo, conversar pero no
sabía qué.
Por estar más tiempo junto a él, se alejó de nosotras.
Volvimos a hablar con ella, pero no era como antes, ya
no hacíamos los trabajos juntas, no nos reuníamos en el recreo. Nos separamos
de ella. A veces me hablaba por teléfono, creo que me había ganado el título de
consejera a pesar de los inútiles esfuerzos que hice para que no se deprimiera.
Me contaba sus planes para salir las tres o algo de Gerardo o simplemente
trabajo. La notábamos otra, no sé era algo distinto en ella, sólo contábamos
junto con Lina, Raúl, Stephani y Clau sobre cómo la veíamos y lo que nos decía.
Ella sin darse cuenta se había obsesionado con él, no
lo dejaba solo en ningún momento, e incluso se puede decir que soñaba con él,
porque se acercaba a nosotras diciéndonos “chicas, les cuento…”. Y nosotras con las orejas muy paradas.
Creo que la enamoraba más con esas cursilerías que escribía:
una vez se le cayó un papelito de su cuaderno y nos comenzamos a reír de sus ‘lindas’
frases, aunque sí eran tiernas. Estaba tan despistado, se le veía repetir cosas
(creo que era lo que había escrito en clase) – En seguida se dio cuenta de lo
que nos reíamos al buscar en su librillo.
Llevaba una guitarra cuando no escribía sus poemas, se
colocaba en el centro del patio y le cantaba (suspirando snif). Eran un par de locos…
(Muchos piensan que eso era de años antiguos y muy
cursis como los consideraba yo, pero la verdad es que cuando un hombre
demuestra sus sentimientos los hacen más atractivos y más humanos, de eso me di
cuenta hasta hace pocoJ).
Pero lo peor de él es que consumía drogas. No sé si
solo probó o los consumía pero Agnes se hundió junto a Gerardo. Eso fue el
inicio de la tragedia.
Agnes empezó a consumir los narcóticos y sus padres
empezaron a verla tan extraña en su comportamiento.
Volvimos a conversar con ella, yo también la veía
extraña, más que la otra vez.
Como ellos se fiaban de Raúl, le dijeron que hablara
con su hija pues quizá la ayudaría,
además que eran buenos amigos. La señora ni se acordó de nosotras,
aunque sé que no hubiera cambiado en nada la situación.
Raúl al
escuchar eso se preocupó mucho, que fue de inmediato a hablar con Agnes.
Él le preguntaba qué le sucedía pero Agnes no le dijo
nada ya que no sentía que confiaba en él plenamente. Raúl antes de marcharse se
confesó: le dijo que la amaba, que la quería demasiado, que nunca la sacaría de
su corazón, que nunca la olvidaría y que lo llamase si lo necesitara pero Agnes
siguió indiferente.
Raúl había dicho todo lo que sentía y que había
escondido desde tanto tiempo pero ella quedó acostada en su cuarto mirando el
techo, no reaccionó ni con una pizca de sensibilidad a lo que había oído. Raúl,
casi con las lágrimas por caer, se retiró.
Al no conseguir nada, Raúl dijo que posiblemente es
por depresión o algún problema que tenía.
Sus padres temían por ella. Era la única hija que
tenían y a la cual le entregaron todo para que sea feliz. Fue quizá que en eso
fallaron.
La mayor sorpresa que se llevó la señora Marissa fue cuando
entró al cuarto de su hija para hablar, pues seguro tenía problemas con su
novio, pero no estaba y encontró en su mesa un papelito muy pequeño que al
abrirlo se espolvoreó en el piso como harina, apareciendo en ese momento Agnes.
Su madre quedó horrorizada por lo que había visto y no podía explicárselo.
Marissa salió rápido y Agnes corrió tras ella pero se quedó por el pasadizo.
Marissa le informó esto a Piero, el padre de Agnes, y decidieron
llevarla a un internado médico para su tratamiento. Al escuchar esto Agnes se
fue a su cuarto, donde llamó a Gerardo y le contó lo que había oído. Ella no
quería que la separasen de su amado.
La internaron. Gerardo no pudo hacer nada pues al ir a
la casa de su amada, los padres no lo dejaron recibirla diciéndole que no
estaba. Agnes salió corriendo a abrazarlo ya que él gritaba su nombre.
Sus padres eran débiles de corazón pero esta vez
trataron duramente a Agnes y a Gerardo. Le hicieron responsable de lo ocurrido y
le prohibieron verla.
Los separaron…
(Una persona que no tiene carácter no es una persona
sino una cosa…y los padres dejaron de ser objetos de la sensibilidad)
En el internado quedó un par de meses. En el examen
psicológico le detectaron trastorno bipolar y consumía las drogas por problemas
que tenía… se comunicaba con Gerardo, a veces con Lina pero poco después le
prohibieron el celular. Gerardo la extrañaba mucho y aunque podía buscarse otra
novia como lo hacía regularmente, no lo hizo porque era un sentimiento
totalmente diferente a los que había
sentido antes. Él la amaba mucho y dejó de consumir los estupefacientes para
ayudarla.
La extrañaba mucho, se le veía tan mal y no le
importaba tampoco sus clases, me contó lo que había sucedido, y me daba lástima,
por eso quise ayudarlo pero sus padres ya estaban decididos.
A Gerardo se le ocurrió vivir con Agnes. Salieron del
internado a 2 meses del tratamiento que la mejoró un poco.
Ella fue a su casa a recoger algunas cosas y decirle a
su familia que se iba a vivir con su novio. No sé lo que ocurrió allí, Gerardo
no dio testimonio de eso pero al final ellos lograron salir.
En la calle ellos se dirigieron para la nueva casa en
donde vivía con unos amigos.
Marissa no sabía nada de esto y al llegar, se echó a
llorar y pedía que vuelva Agnes pero fue en vano. Piero la consolaba.
Llegaron pronto a casa avisándoles a sus amigos el
ingreso de su novia, presentándola ante su ‘familia’.
Algo en la mirada de Bryan le había penetrado en el
alma y ella desconcertada recordaría en aquellos ojos a Raúl, a su conciencia o
a lo que le dijo aquella última vez que lo vio.
Bryan era un chico atento y amable, seguía en el
colegio, en el último año.
Zoe era una chica adulta, de estatura baja, cabello
lacio y rojizo, piel pálida y de contextura delgada, era novia de Esteban y pensaban
mudarse después de su boda.
Seguro su agradable sonrisa le había capturado a
Esteban o quizá sus ojos de rasgos orientales le agradaban, por el contrario
Esteban, era alto, de ojos pardos, cabello oscuro y atrincherado, nariz
respingada y dulces labios rojos, era muy agraciado, pero no lo tanto para que
Agnes dejara de pensar en Gerardo con su tierna y penetrante mirada que
desataba en ella una pasión de mucho afecto, pareciendo a veces que la
hipnotizaba con sólo verla y quizás eso fue la clave para que durara su
relación.
La casa no era tan grande pero era lo suficiente para
que estén cómodos y tranquilos.
Agnes estaba muy feliz en aquel lugar, pero en la
noche recostada en su cama recordaba lo tan estupendos que fueron sus padres y
sentía que no era esa la forma de luchar por un amor, dejando a sus padres que
tanto la amaron…
Los quiero pero no me entienden – dijo ella haciendo
caer su brazo en la cama – no pueden entender que también amo a Gerardo y
siento que esta vez no me estoy equivocando como otras veces…yo quiero ser
feliz y no puedo sentirlo plenamente a pesar de que esté con él y es sólo por
ellos – siguió pensando, viendo a su amado yacer dormido en la otra cama,
viéndolo dulcemente y hasta le parecía muy atractivo aún dormido.
Los padres pensaban que solo era un capricho de
adolescente, que iba a volver a casa pero se equivocaron. La extrañaron
muchísimo.
Nunca los había visto llorarL, parecía que se sentían culpables ante tal hecho. En el
sepelio se echaron a mares de lágrimas, recordando a su hija por presencia de
Helena, lágrimas que además contagiaba a los presentes.
Agnes despertó pero no encontró a su novio por ninguna parte. Salió del cuarto con
cierto temor y cuando caminaba vio a todos reunidos en una mesa dándole la
bienvenida…
Ella se
familiarizó rápido con ellos.
Cuando cierta vez Agnes y Gerardo fueron a la Facultad
me enteré de todo esto.
Nos habló de sus nuevos amigos. Zoe se convirtió en su
mejor amiga junto con Esteban y ellos eran sus nuevos consejeros.
Pasaron 2 semanas y ella dejó la Facultad, se trasladó
a otra después de enterada que sus padres habían puesto una denuncia por
‘secuestro’, ya que pensaban que Gerardo le había metido ideas en la cabeza
porque ella no estaba del todo recuperada.
Me comunicaba a veces con ella y se la escuchaba
mejor. Ya había salido del vicio, creo, pero no volvía a casa.
Los días corrieron.
A pesar de que Agnes no estaba sola, extrañaba a sus
padres, los quería llamar pero cómo, y además pensaba que si la veía Gerardo,
él podría decepcionarse (esas fueron las pocas veces que yo hablaba con ella y
no podía solucionar su dilema).
Pasó un mes y ninguna noticia de Agnes, Marissa estaba
muy triste y Piero la consolaba, eran una pareja que se apoyaba mucho pero la
fuga de su hija rompía a veces muchos lazos entre ellos. La extrañaban mucho,
al escuchar sonar el timbre, Marissa corría a la puerta pensando que era su hija
pero al ver que no era así, se deprimía mucho; igual estaba Piero, escuchaba el
teléfono pero como no era Agnes miraba muy triste a Marissa. Hubo un hondo hoyo
en sus corazones y la llenaron con desesperanza y tristeza.
Ese mes fue oportuno para Agnes porque confortaron su
relación de amor y comprensión. Ella extrañaba mucho a sus padres y teniendo la
posibilidad de un celular que le dio Gerardo, llamó a casa contestándole su
madre. Él le había dicho que si los extrañaba demasiado los llamase pero Agnes
no se atrevía.
El primer intento fue en vano pues no dijo palabra
alguna porque al escuchar el ‘aló’ de su madre, colgó.
Se llenó de valor e intentó llamar otra vez a casa
pero entró Zoe. Ella quería invitarla a salir, Agnes se puso nerviosa y le
contó lo que pensaba hacer y Zoe como mejor amiga le dijo que podía confiar en
ella y la animó a llamarlos.
-Aló...
-Hola, mamá...
-Agnes!... ¿cómo estás? - añadió llorando después de un largo silencio
-Bien, mamá…y tú ¿estás bien? ¿Papá está bien?
-Sí hija... ¿Estás con ese chico…?
-Sí, mamá…estoy junto a Gerardo…
-Por qué no vuelves, hija.... te extrañamos...
-Yo también los extraño, los quiero mucho pero este es
mi nuevo hogar.
-Está bien, aceptaremos tu relación con ese chico si
vuelves a casa…
-Sólo los visitaré pero quiero que retiren esa
denuncia en contra de Gerardo…
-Hija, tienes
que regresar. Lo único que hizo ese chico fue separarte de tu familia…
-Quiero estar con Gerardo…Además ya estoy recuperada y
él no tiene la culpa de nada…Yo lo quiero mucho y él a mi.
-Solo te quiero decir que nosotros te vamos a recibir
cuando regreses a casa…- dijo Marissa demorando en contestar.
-Cuídate...te amo, mamá.
-Yo también…
Y colgó.
Ella era hija única y a pesar de que siempre estuvo
bien cuidada y sentía calor en casa nunca pudo decir un te quiero, era extraño
para ella pues tampoco lo había escuchado de sus padres, sólo muestras de
cariño eran abrazos y besos, a veces en ocasiones ameritadas por premios en el
colegio u otras cosas, ninguno con palabras.
Era la primera vez que le decía te amo a su mamá y lo
sintió tan placentero y nostálgico que se echó a llorar.
Los policías seguían tras los pasos de los jóvenes
enamorados pero dejaron de hacerlo a petición de la familia Prada: ellos
estaban esperanzados de que Agnes vuelva pues ella los amaba mucho. Marissa sabía
que ella volvería por ‘intuición maternal’.
Zoe dejó a Agnes descansar y salió del cuarto.
Agnes aprovechando el momento, quería rebuscar debajo
del ropero de Gerardo. Sentarse en su cama confiada de que nadie estaba ya en
casa y comenzando a absorber todo lo que había encontrado en ese pequeño
papelito, pero tenía miedo que la descubriera Zoe. Sólo fue un pensamiento, pudo
vencer la tentación. En realidad ya se estaba recuperando.
Bryan había llegado a casa más temprano que de
costumbre y como Gerardo todavía no venía, se dirigió a su cuarto y abriendo un
poco la puerta observó a Agnes echada en una cama. Se le quedó viendo hasta que
ella volteó y lo vio. Preguntó quién era, levantándose, él ruborizado
respondió:
-Hola, soy Bryan...umm... el profesor me dejó un recado para Gerardo pero olvidé que
llega más tarde… lo siento...
-Bien,... pero dime, yo le diré cuando regrese...
-No te preocupes... yo le digo cuando vuelva...
chau...
-Chau… no!... espera...
Bryan salió rápido. Agnes quería conocerlo bien porque
era el único con quien no cruzaba muchas palabras, pero cuando salió ya no estaba...
Gerardo volvió después de un rato. Saludó a su amada
Agnes y le dio una rosa muy roja que parecía bañada en sangre pero con perfume
del paraíso. Ella le respondió con un dulce beso.
-¿Quieres ir a una fiesta...?
-Umm – demorando en contestar– pero nos siguen
buscando…
-No nos van a separar. ¿Tienes miedo?... te dije que
yo te iba a proteger...
-Te amo y no quiero que te pase nada por mí...
-Escucha... (Dijo aclarándose la garganta)... “yo necesito
de ti para que mi vida tenga sentido. Sin ti yo moriría, es algo tuyo o algo
mío, no lo sé pero con tan solo verte y saber que estás a mi lado siento que
vivo y a la vez muero por ti”.
-(ruborizada) ¡Qué lindo!...pero no creo que podamos
ir
-¿Por qué?!... Vamos, te quiero presentar a mis
amigos...
-Pero solo un momento…eh?
Y Gerardo le dio un beso a Agnes.
Bryan estaba viendo detrás de la puerta. Le gustaba
Agnes a pesar de haber sólo cruzado algunas palabras con ella. Le tenía un gran
recelo a Gerardo. Vio con gran tristeza toda esa escena y antes que Gerardo le
diera otro beso a Agnes, Bryan tocó la puerta desesperado. Lo recibió Gerardo y
rápidamente le dijo que el profesor Salaz le iba a dar una última oportunidad
para que presentara su trabajo porque sino lo reprobaba y ya entrando al último ciclo.
Gerardo entró dejando la puerta entreabierta
diciéndole ‘bueno verás que estoy ocupado así que si le puedes entregar al
profesor...’, pero Bryan mirando a Agnes y después volteando le dijo ‘no puedo,
tienes que ir tú porque lo tienes que exponer’... Gerardo un poco molesto le
dijo que le inventara alguna excusa porque iba a salir pero Agnes le dijo, para
calmarlo, que ella le iba ayudar en su exposición y que después de terminado, iban
a ir a la fiesta. A Gerardo sólo le quedó aceptar porque quería divertirse.
Para ir a la universidad, Gerardo se puso unas gafas
negras, con el cabello alborotado y de la mano con Agnes quien también llevaba
unos lentes oscuros con el cabello suelto y un gran saco color café.
En la calle pasaron desapercibidos.
La exposición fue un éxito. Agnes lo ayudaba con las
palabras porque a veces se le olvidaban, fue una buena exposición pero
lamentablemente tarde.
Agnes había llegado a la vida de Gerardo como un ángel
guardián porque lo ayudaba mucho; pero Gerardo no fue así con Agnes, más bien
la había inducido en un mundo de adicción y locuras, pero enseñándole un amor
‘indestructible’.
Fueron a casa, se cambiaron y salieron. Esta vez Bryan
no pudo hacer nada para detener a su amada Agnes.
Fueron a una casa que comenzaba a invadirse del sonido
de guitarras y baterías, las personas iban llegando. Adentro había un pequeño escenario y detrás por unos
pasillos una cocina de donde sacaban licores y refrescos, casi toda la casa era
la sala en donde ya empezaba el espectáculo.
En la fiesta, Gerardo presentó a Agnes ante sus
mejores amigos, eran los que le habían ayudado a fugarse, pero ella no los
conocía.
Joe era un chico alto, de ondulados cabellos castaños,
ojos claros y una linda sonrisa. Benjamín o Ben, para los amigos, era un chico
alocado, de cabellos oscuros, con un look extraño y rebelde como su alma. Ellos eran artistas.
También tenían una banda de rock, esa eran sus vidas.
A Agnes le simpatizaron porque además de ser
graciosos, le empezaron a contar sus anécdotas que también eran graciosas, igualmente
parecían que se llevaban mal, discutían, hacían bromas, eran de buena ‘onda’
por eso se volvieron sus amigos confidentes.
En uno de esos bailes con almohadas, al que ahora
llamamos ‘pogo’, Agnes pareció ver a alguien conocida, pero no recordaba quién.
Era una chica de cabello café, delgada y de una gran
sonrisa. ‘Stephani’- pensó ya que ella la había visto y quería salir de allí
porque pensaba que estaba con Raúl y él le diría a sus padres, pero no sabía
cómo salir ya que Stephani se estaba acercando. Aunque ella no estaba enterada
de su fuga.
-Agnes? Hola!
-Ahmm... hola!... – contestó Agnes como si no la
conociera.
-Soy Stephani, ¿te acuerdas de mí?
-Sí, claro, ¿cómo estás? – dijo un poco nerviosa.
-Bien, y tú ¿por qué te fuiste de la Facultad?
-Umm, bueno es que tenía problemas pero ya está todo
tranquilo…
-Pero ¿vas a volver?...
-No, ya estoy en otra universidad y ya finalizo…
-Bueno y ¿viniste con alguien?
-Sí, con Gerardo por la fiesta de sus amigos.
-y ¿Raúl...vino contigo?
-No…ya no estoy con él…
Joe apareció con unos refrescos presentándole a Agnes
a su novia Stephani, a la que ya conocía. Luego se acercó Gerardo y tomó de los
brazos a Agnes diciéndole ‘quiere bailar, señorita’, ella aceptó y se despidió
de Stephani de un gesto cerrando su conversación.
Esa música romántica aunque fue sólo una se sintió que
duraba demasiado, abrazada de Gerardo, bailaban una canción que era cierta en
su realidad: ’I will always loved you♥’
De pronto, al terminar la canción, Ben, se subió al
escenario saltando con su guitarra y anunció que su banda iba a tocar. Tan
sonriente como siempre mandó un saludo a su mejor amigo Gerardo y a Agnes.
“Sins or Tragedies”, es el nombre del grupo en el que
Joe toca la guitarra; Marko, la batería y Ben, cantaba y tocaba el bajo.
Su primera canción fue tributo a mi grupo favorito, me
hubiera gustado estar allí. La canción se llamaba ‘Fame Infamy♫’.
Mientras tocaban una segunda canción propia titulada
“shut up”, Agnes había encontrado con la vista a Stephani y no la dejaba de ver
porque desconfiaba de ella, pensaba que le iba avisar a Raúl. Se dio cuenta al
observarla que, ella veía a Joe tocar la guitarra, quedando fascinada,
sintiendo el sonido que emitía dicho instrumento.
Ya no le caía tan mal, Agnes sentía que se parecía un
poco a ella.
Esa música representaba todo para Gerardo pues era
como un reclamo a la sociedad de la incomprensión de la juventud y todos aún
él, coreaban la letra.
De la nada se le vino a la mente el recuerdo de Raúl, pues
él siempre fue sincero con ella y resonó esa frase que le había dicho antes que
ella fugara ‘te quiero mucho y nunca te voy a olvidar’. Eso a ella la dejó tan
pensativa que ni con un abrazo de Gerardo pudo olvidar esa idea, quedó muy fría
por esa frase y parecía que renacía un sentimiento especial por el recuerdo de
Raúl.
Por dentro, Agnes sentía algo extraño, quería volver a
casa y abrazar a sus padres, decirles que los amaba, decirles que nunca más se
iban a separar pero también sentía que debería hacer su vida junto a Gerardo.
La fiesta no duró mucho porque Ben y Joe recibieron una
llamada y tuvieron que cancelarla, se llevaron a Gerardo a un lado de Agnes
para decirle algo por la llamada que habían recibido. Cuando todos se fueron
Gerardo salió preocupado pero no le dijo nada a Agnes y se marcharon.
Llegaron a casa a medianoche.
Agnes sólo lo miraba tan decaído pero al preguntarle
qué le sucedía él sólo le dijo que la amaba y que descansara.
Al siguiente día fue lo mismo, ella le preguntó pero
sólo respondió ‘un problema en la Universidad’.
Agnes visitó a Joe y Ben preguntándole sobre qué le ocurría
a Gerardo pero no le contestaron. Ella le contó cómo había visto a su novio
pero le dijeron que son sus asuntos y que es confidente. Ella no se enteró
acerca de la llamada, pasaron varias semanas queriendo enterarse pero no lo
logró.
Gerardo era poco de contar sus problemas.
Una noche, Bryan escuchó la conversación de Esteban
con Zoe refiriéndose a lo que le habían descubierto de Agnes y no lo creía,
pensaba que ella era una chica sana pero decidió salir de dudas.
-¿Eso es cierto? –entró exaltado Bryan
-¿Qué haces aquí?... ¿qué has escuchado?
- Es cierto que Agnes está metida en ese vicio...
-Bueno, sí... creo que sí, no estoy muy segura pero
creo que era droga lo que estaba consumiendo y no sé si Gerardo las tiene...
-¿Él indujo a Agnes...?
-Creo que es lo probable. No digas nada, que nosotros
vamos a tratar este problema
-No! yo lo haré...
-Tú no vas a decir nada, Bryan!!...y además no hablas
mucho con Agnes a pesar de que lleva ya mucho tiempo aquí…
-Claro que sí!... lo pondré en su sitio por hacerle eso
a ella
-... (Silencio). ¿Te interesa Agnes?
-(mirando hacia otro lado)... sí, la quiero
mucho...por eso yo quiero hablar...
-Tú no vas a decir nada!... oye adónde vas?..Espera!
Y Bryan salió rápido.
No encontró a Gerardo pues había salido con Agnes a la
fiesta de Joe y Benjamín en su casa.
Habían asistido las mismas personas de semanas pasadas,
incluso Stephani que divisó a Agnes frente al ‘estrado’, donde tocaba la banda,
al lado de Gerardo.
Fue una noche estruendosa.
Gerardo y Agnes se quedaron allí toda la noche entre
bebidas y canciones.
Al día siguiente se encontraron solos echados en un
sofá muy amplio por un pasillo al lado de un inusual sótano. Agnes no recordaba
nada y le dolía la cabeza por la resaca de la noche anterior y al querer
despertar a Gerardo que estaba a su costado, Joe apareció con Stephani.
-Hola!... buena noche ayer...
-Sí... pero qué dolor de cabeza...
-Por la resaca... a Stephi le pasó lo mismo y bueno,
tengo que llevarla a casa... ah! No creo que Gerardo se levante pues se tomó
demasiadas copas...
-Oh! Si... le va a doler la cabeza igual que a mí...
-Cuídate...
Y Joe salió cargando a Stephani llevándola en su
carro.
Agnes se recostó al lado de Gerardo y quedó dormida
Mientras tanto, Bryan tan preocupado estaba sentado en
la sala esperando a Gerardo y a Agnes, porque después de lo que había escuchado
quería encararlo.
Cuando Gerardo despertó, Agnes estaba profundamente
dormida, él se levantó se vistió y se
volvió a echar al lado de ella, que con un beso había despertado, la abrazó y
quedaron echados por un buen momento.
Luego se levantaron y marcharon a casa.
En el camino se contaban las cosas que habían visto en
la fiesta y que le parecieron graciosas, y de lo bueno que estuvieron las
canciones.
Al ingresar a casa vieron a Bryan muy molesto pero al
preguntarle no respondió pues se quedó mudo al ver a Agnes y tan solo dijo que
quería hablar con Gerardo. Ella se fue a su cuarto. Bryan comenzó con las
preguntas diciéndole dónde se habían ido pero Gerardo no le contestó. Antes de
que Gerardo se marche, él le dijo sobre las drogas y le comenzó a gritar y le
sacaría todo en cara si es que no hubieran aparecido Zoe y Esteban
-¡Basta Bryan!...
-No pensaban hablar con él, pues adelante!
-Sobre qué.... ¿también me piensan decir adónde fui?
-No Gerardo, esto es serio
-¿Qué pasa...? – dijo Agnes que se acercó por la
discusión
-No, nada Agnes ven conmigo... – Zoe se la llevó hacia
fuera
-Ahora sí vamos a hablar Gerardo... – dijo Esteban con
decepción
Y todos se sentaron y comenzó a hablar calmadamente
porque sería peor una discusión además que era su amigo...
-Desde cuándo consumes esas cosas...
-¿De qué hablas...?
-De las drogas…
-Ya dejé el vicio, además fue solo una vez... ya no
tengo más de eso
-El otro día, Zoe encontró unos de esos papeles en el
tacho y piensa que es tuya... sabe Agnes de esto también...
-Sí pero ella no las consume,...
-Pero quizá sabe dónde la tienes y fue ella que lo
consumió...
-No, ella no coge eso...ella no está metida en esto. Y
si es que fue así, mañana las desecho, no quiero que reincida…
-No mientas!, estás destruyendo a Agnes... eso
significa que no la amas – intervino Bryan un poco alterado
-Claro que la quiero y no voy a hablar más...
Gerardo se fue confundido y pensando en lo que le
habían dicho.
Zoe dejó sola a Agnes con Gerardo.
Él le preguntó de inmediato a ella sobre si seguía
consumiendo drogas pero ella contestó que no y él le creyó. Agnes imaginó que
solo fue un pensamiento y no realidad, quizá si había consumido y Zoe la había
visto.
Todos los días fueron las mismas rutinas de siempre.
Ese día Agnes intentó llamar a su familia. Los
extrañaba tanto, quería abrazarlos y decirles que los amaba pero no se pudo,
Gerardo no fue a estudiar, sólo fingió irse y al regresar y no encontrar a
nadie tuvo que conversar con Agnes.
Lo que le dijo fue cómo se sentía, porque Gerardo
hacía tiempo ya que se sentía sofocado dentro de esa casa, por eso las
preguntas.
Pero acabó la conversación cuando Bryan entró
corriendo a casa y Gerardo tuvo que ir tras él. Se despidió de Agnes y salió
dejando inconclusa su conversación.
Esperó a Bryan afuera. Estaba distinto. Quería decirle
algo pero no sabía qué .Nomás se le ocurrió decirle que sí amaba a Agnes y se
retiró.
Agnes extrañaba mucho a su familia e intentó llamar
pero no respondieron y sólo dejaba mensajes.
Pasó más de dos meses desde la última llamada y cuando
lo hacía nadie le respondía, quizá ya me olvidaron o no quieren hablar conmigo –
pensaba mientras hacía unas labores en su nuevo hogar, cuando de repente le
vino unos mareos y tuvo que recostarse en el sillón.
Estaba también pálida y débil pues días atrás ya se
sentía mal pero no le quiso decir nada a Gerardo para no preocuparle y ser un
cargo.
Le daba náuseas. Tomaba un vaso con leche y se
recostaba. Tenía cólicos y le dolía la cabeza.
Zoe llegó más temprano y la encontró mal, pero al
preguntarle qué tenía Agnes dio como respuesta ‘sólo cólicos’. Zoe quería
llevarla al médico pero Agnes se opuso y le prometió que si seguía así hasta
mañana entonces sí iba a ir.
La promesa se tuvo que cumplir porque al día siguiente
se sintió mucho peor. Gerardo no había llegado pues llamó a Agnes diciéndole
que iba a estar con sus amigos.
Agnes estaba muy nerviosa por los resultados porque
imaginaba lo peor y al fin, cuando estuvieron listos, entraron al consultorio y
el doctor la felicitó pues estaba embarazada.
-¡Embarazada!, esto no puede ser, no…
-Sí señorita, usted va a ser madre…
Agnes no pudo escuchar todo lo que le iba a decir el
doctor porque las ganas de vomitar le ganaron.
Zoe quedó atónita por la noticia y no dijo palabra
alguna.
-Pero doctor, no hay errores, quizá se confundieron
con los análisis, no sé algo...– dijo Agnes al salir del baño
-No señorita, además está con los síntomas, no hay
ningún error, también presenta un cuadro de anemia y va a tener que tomar estos
medicamentos…
-Y van a afectar al bebé…
-No, son solo vitaminas, no le harán daño.
Zoe estaba tan sorprendida pero cuando le preguntaba a
Agnes ella no sabía cómo explicarlo. Se había acordado de la fiesta y sabía que
algo había ocurrido allí. A pesar de eso Agnes sentía una inmensa alegría por
llevar un ser dentro de ella pero tenía que recuperarse de la anemia pues no
quería que su bebé esté mal.
En todo el camino solo estaba con la idea de que iba a
ser madre, pero Zoe lo interrumpió diciéndole que tenía que ir donde sus padres
para contarles y que la apoyasen pero Agnes se opuso.
Llegaron a casa, Bryan preguntó qué tenía y le dijeron
solamente indigestión.
Bryan estaba muy preocupado que comenzó a dejar su
timidez para hablar con Agnes y cuidarla. Agnes pidió discreción respecto a lo
que sabía Zoe.
Él la siguió cuidando, le fascinaba estar a su lado.
Se había enamorado de ella profundamente y a pesar de que se ganó la confianza
de Agnes, ella no le contó nada.
Agnes no pudo conversar con Gerardo ese día, pues había
llegado tarde.
A la mañana siguiente tampoco, ni en la universidad ni
en la casa. No le dijo hasta después de unos días.
-Gerardo!,... espera no te vayas,.... quiero conversar
contigo
-Sí amor, dime.
- (Respiró profundo) Bien,... te acuerdas de la fiesta
de Joe y Ben
-¡Sí!... no me dijeron que iban a hacer otra...
-No, no es eso...
-Ahmm... entonces, ¿qué?
-(Agnes se levantó y sacó el sobre con los resultados)
– toma, míralos…
-¿Qué es esto? ¿Estás ¡embarazada!!!!?
-Sí, hace 5 días me hice los análisis y salió
positivo…
-No. Esto no puede ser
-Tengo casi dos meses. ¿Qué vamos a hacer?...
-No sé…Es que no puede ser (Volteando la cabeza) se me
hace tarde tengo que ir a estudiar, después hablamos...
-Yo lo quiero tener....
-Después hablamos.... te amo...
Agnes quedó recostada pensando en su nueva vida con el
niño que iba a venir, hasta que Zoe entró para insistirle con lo de sus padres
y preguntarle qué tal le fue con lo que le dijo a Gerardo.
Ella no respondió y tuvo que llamar a sus padres por
la insistencia de Zoe.
-Aló...
-¿Agnes?
-Sí, mamá... ¿cómo estás?
-Hija!... yo bien y tú
-Bien, mamá,…te quiero decir que eres la mejor madre,
te extraño y deseo verte…
-Está bien, yo también te amo, tu eres mayor de edad y
tienes que hacer tu vida, lo comprendí cariño... ven cuando quieras...
-Está bien... ¿está papá allí?
-No, él está en su trabajo...
-Mándale mis saludos y dile que lo quiero y que voy a
casa de visita...
-Cuídate...
-Tú también.... adiós...
Sintió tristeza, quería visitarlos pero cómo volver a
casa diciéndole que iba a tener un hijo, eso se veía difícil.
Quizá sus padres no la iban a aceptar o quizá ya no la
extrañaban. – eso preocupaba a Agnes. No sabía qué hacer.
Le habían dicho que las mujeres embarazadas estaban
con un gran apetito, vómitos, mareos y cansancio pero nunca imaginó que fuera
tanto porque Zoe al abrazar a Agnes y consolarla, se había quedado dormida y la
tuvo que acostar.
Quizá es la anemia – pensó.
Estuvimos
recordando a nuestra amiga, pedimos jugos y algo de comer. Cada quien hablaba
de su carrera, cómo le había ido. Lina se tuvo que retirar, tenía que
prepararle la fiesta sorpresa a su hijo que cumplía cuatro años porque estaba
de paso con nosotras y Raúl llegaría después del trabajo con la torta y con una
sorpresa para su hijo Javier…
Recuerdo que Agnes me llamó. Me contó lo que había
sucedido, yo también me quedé sorprendida:
-¡¡Embarazada!!!? – dije casi
rompiéndole los tímpanos a mi amiga.
-Sí, Annie. La verdad no sé que
hacer…Creo que Gerardo no lo quiere tener y no quiero volver a casa así…
Lina me quitó el teléfono y dijo lo mismo
que yo, agregando:
-Tienes que hacer responsable a
Gerardo, no te va dejar asi
-Él me ama y yo a él…
Zoe le contó a Esteban, y Bryan se
enteró poco depués.
Ese día, Gerardo no se fue a estudiar
sino donde sus amigos. En el camino estaba pensando, estaba angustiado al
pensar que a su edad estaría con un niño en los brazos y malograría su vida,
estaba tan sorprendido todavía y necesitaba que lo ayuden, porque ya no quería
volver.
Amaba a Agnes, más de lo que creía,
pero algo le obstruía amarla así, quizá no aprendió bien a demostrar sus
sentimientos, decir te amo y dejarse llevar por esa inspiración que a veces quería
sacar pero no podía. Algo lo paraba, era un dolor.
Joe lo recibió cuando llegó a casa de
Ben. Estaban ensayando una canción, la que Gerardo había ayudado a componer
pero estuvo desganado. Se sentaron sobre su escenario, le preguntaron qué tenía
y él preocupado les contó todo.
-Hey! ‘mano, ¿qué te ocurre?
- Ocurrió algo…en la fiesta…
-¿Qué…?, ¿lo de la llamada?
-No, no me hables de eso. Es sobre
Agnes…
-¿Qué le ocurrió?, se la llevaron?,
Stephi me dijo que la conocía de la universidad… –dijo Joe excusándose
-No, tampoco eso – dijo Gerardo interrumpiéndolo –…Estábamos
pasados de copas…– contó Gerardo agarrándose la cabeza.
-Agnes está…– preguntó Joe haciendo un gesto circular
en su estómago
- Esos análisis lo dijeron todo, Agnes está embarazada
y quiere tener a ese bebé...estaba pensando que abortara pero la perdería y
además no dijo nada…no sé qué hacer….
-¿Cómo le vas a pedir que aborte?, es Agnes y cuando
están así se ponen recontra caprichosas y sentimentales, lo mismo le pasó a mi
mamá con Carlos…– añadió Ben
-Y si ella lo hiciera, podría morir. Un hijo es una
responsabilidad y es de los dos... –dijo Joe
-¡No me estás ayudando!!!
-Pero qué quieres que te diga, tienes que asumirlo,
¿acaso no la amas? – arremetió Joe
-¡Ya cálmense!!, qué quieres escuchar porque eso
buscas ¿no?, que te den la razón – dijo Ben
-¡Espera!, yo no quiero eso, simplemente lo que
opinan…
-Si la quieres, asume al nene. Es simple.
-Es difícil, no sé qué hacer…quiero aclarar mis ideas,
me puedo quedar aquí un tiempo…
-Claro…, pero no pierdas a Agnes, se nota que te ama
mucho.
Agnes quedó sola. Ese tiempo que Gerardo quedó junto a
sus amigos duró mucho. Ese día que hablaron solo la llamó diciendo que lo iba
pensar e iba estar en casa de sus amigos. La llamaba sólo hasta un buen tiempo
en el que se distanciaron mucho.
Bryan se acercó a Agnes y siendo muy amigos, él le
dijo que la quería. Bryan era dos años menor que Agnes pero le resultaba igual
de atractiva con su todavía no notoria ‘pancita’.
Ella no lo aceptó pero él no se separó de ella, la
quería mucho para dejarla en el primer intento.
Cuando fueron a pasear al parque, se acomodaron en una
banca y él la besó. Quedó en silencio recordando
a Raúl, ni a Bryan ni a Gerardo, sino a ese chico que en sus momentos de soledad
la ayudaba mucho y que le dijo sus sentimientos a pesar que sabía que no iba a
ser correspondido.
Agnes se fue de la casa. No podía
corresponder a los sentimientos de Bryan y sentía que no debía estar allí pues
Gerardo ya no estaba. Regresó donde sus padres contándole lo sucedido. Ella
pensaba que la iban a rechazar pero la recibieron con alegría, como si ella
hubiera vuelto a nacer para sus padres.
Gerardo había obtenido un buen
trabajo y con la madurez suficiente decidió volver a su antiguo hogar. Le
dijeron que Agnes se fue de vuelta a casa desde hace una semana. Pensaba
recuperarla pero cómo, esta vez él había malogrado la relación completamente.
La llamaba pero ella no contestaba.
Fue a su casa y sus padres no lo dejaron recibirla, esta vez ella estaba de
acuerdo con ellos. Agnes terminó su carrera y trabajaba junto a su padre que
era doctor en medicina humana.
Un día se la encontró en la calle y
hablaron. Agnes no quería saber nada de él, lo seguía amando pero la había
decepcionado. Él le había dicho que estaba reflexionando y buscó un trabajo para
solventar los gastos y darle un buen hogar a su hijo, Agnes le creyó, lo
perdonó pero no quizo volver con él. Ella tenía 4 meses de gestación.
Hizo muchos méritos para que Gerardo
volviera a hechizarla.
Ben y Joe lo ayudaron. La fueron a
visitar y le contaron el problema por el cual pasaba Gerardo. Era sobre su
madre. Esa vez que recibió la llamada en casa de Ben, era la de una señora,
amiga de su mamá, que le dijo que ella estaba enferma y quizá no llegaba a
verlo otra vez, que quería que la perdonara por todos los años de sufrimiento
que vivió cuando era pequeño y que esperaría su perdón.
Él estaba muy dolido por la noticia,
no la fue a visitar. La quería pero era muy orgulloso para pedir también
disculpas por su forma de actuar.
Agnes quería ayudarlo pero
lamentablemente era tarde. La señora había fallecido.
-Yo le pregunté sobre la llamada
porque estaba pálido y se le veía preocupado, pero nunca me lo dijo…
-Tampoco nos contaría a nosotros sino
lo conocíeramos desde pequeño…
-Y no fue donde su madre…
-Él si la fue a visitar, lloraron
juntos, se perdonaron y se dieron un fuerte abrazo. Su mamá murió cuando se
daban su abrazo de perdón, fue allí donde quiso volver hacia ti para que lo
perdonaras y sigan juntos con su hijo, pues no quería que sufras más y te
sintió en ese abrazo con su madre…
Agnes quedó dolida ante tal hecho.
Ella aún amaba a Gerardo pero no sabía lo que le sucedía.
Agnes llegó a perdonarlo realmente. Sus
padres aceptaron la relación viendo que Gerardo había cambiado y que quería
estar junto a Agnes y a su hija.
Se juntaron más que antes. Se amaban
y estaban muy felices.
Lionela y yo la visitábamos, faltaban
pocos meses para que naciera su bebé. Nosotras fuimos las más ilusionadas con
la llegada de la nena y ellos, muy entusiasmados hasta tenían el nombre de su
hija.
Pero Gerardo perdió el empleo,
faltando solo mes y medio para el nacimiento de su hija. Necesitaba dinero para
mantener a su familia.
La mala suerte cayó sobre él.
Secuestraron a Agnes y pedían demasiado dinero para el rescate. Se angustió
mucho y quedó endeudado, pero hizo el trueque.
Estaba ya dándole el dinero a los
secuestradores cuando una bala escapó del arma de uno de los maleantes que cayó
en el vientre de Agnes. Gerardo había llamado a la policía y los secuestradores
habían escuchado las sirenas de éstos, por lo que se escapó la bala. Él protegió contra su pecho el cuerpo
sangrante de Agnes.
La llevaron al hospital. Era tan desesperante
el tráfico que había. Demoraron mucho en cirugía, parecía una eternidad.
-La niña está bien…, la pudimos
salvar…
-¿Y Agnes?, ¿cómo está ella?....
-Ha perdido mucha sangre, está muy
débil…
Esa fue la noticia que atribuló su
cuerpo, entró al cuarto y la vio postrada en una cama. Se la veía muy débil
pero milagrosamnete estaba despierta.
-Gerardo, te quiero mucho…¿la niña
está bien? – dijo agonizante
-Yo también te quiero, la nena está
bien y la vas a ver cuando salgas…es tan hermosa como tú, amor. Vamos a ser muy
felices con Helena…así que tienes que ser fuerte…– respondió estando a punto de llorar
-No puedo amor…ya no puedo…
-¿Qué?...no, nada de eso…no te puedes
ir…Helena te está esperando y yo también, vamos a vivir todos esos momentos que
soñamos junto a ella, no te vayas mi vida…–
contesto desesperado Gerardo y derramando lágrimas que no pudo contener.
-Te amo.
-¡Agnes!!...
Esas fueron sus últimas palabras.
Ella había fallecido.
Gerardo lloró a su lado pidiendo que
vuelva, que intercambiara el lugar pero fue inútil. No quería separarse de su
cuerpo, no quería perderla para siempre, cuando ya había encontrado su
felicidad verdadera junto a su esposa y a su hija. No, no podía creer que ahora
la veía echada en la cama sin que le responda con un beso o algún abrazo cuando
gritara su nombre.
Era tan estremecedor su llanto.
Su dolor me llegó hasta los huesos.
Estaba muy angustiado.
Asistimos al entierro todos los que
la habíamos conocido. Bryan también estaba llorando viendo aquel cajón que se
unía a la tierra y a la vez sentía ira porque pensaba que Gerardo no la supo
cuidar, que la hizo infeliz y solo lo miraba con un cierto aire de indignación.
Gerardo llegó al entierro sin decir
nada, no derramó ni lágrimas como lo hizo en el hospital, se le notaba que estaba
destrozado por dentro. Llevaba en sus brazos a Helena, su hija, con el nombre
que habían escogido los dos y que esperaban tan entusiasmados su llegada, que
soñaban con ella para verla crecer y disfrutar a su lado pero Agnes ya no
estaba allí, era imposible para él cumplir ese sueño sin ella.
No pudo soportar más la escena y se
retiró en la mitad de la ceremonia, dejó a Helena en los brazos de Marissa y
desapareció.
No supimos más de él. Lo llamábamos
pero no contestaba, Joe y Ben no sabían tampoco donde se encontraba.
No habíamos asimilado bien la noticia
del fallecimiento de Agnes como para recibir otra más desgarradora.
Después de un mes, los policías
encontraron un cuerpo descompuesto cerca a un puente bajo el mar, un cuerpo en
el que apenas se leía un tatuaje ya borroso que decía ‘Agnes y Gerardo’…
En memoria de unos jóvenes
amantes
que no se olvidaron