domingo, 21 de abril de 2013

Las fobias y las creencias limitantes

Las creencias son las que marcan nuestro actuar y por lo tanto nuestras vidas. Las creencias forman nuestro carácter, y querer modificar el carácter sin antes cambiar nuestras creencias, es inútil. Nuestras emociones en ese caso van a alterar nuestra bioquímica en el cuerpo y estaremos en un estado de enojo, miedo, agresividad, impaciencia, etc. que nos llevarán, incluso a enfermarnos.
Por lo tanto todas las creencias limitantes que nos dicen “Tú no puedes”, “Tú eres un miedoso”, “Tú eres incapaz”, “Esto no es para ti”, “Eres un tonto, un inepto, etc., etc.”, son todo aquello que no nos deja avanzar en la vida y nos hace sufrir.
La buena noticia es que con disciplina y esfuerzo podemos eliminar todas esas creencias que nos hacen tanto daño.
Programación Neurolingüística tiene varias herramientas que nos pueden ayudar a eliminar estas creencias limitantes, e inclusive cuando éstas llegan a convertirse en fobias.
Una fobia da por resultado una alteración grave en nuestra mente y cuerpo, llegando algunas veces a provocar pérdida de consciencia, mareo, vómito y hasta un infarto, ya que éstas ponen a la persona en un estado de terror o pánico incontrolable. Por supuesto hay diferentes grados de emociones. Por ejemplo, no es lo mismo “el miedo a las arañas, que un pánico que inmoviliza a la persona”, un miedo al elevador que la angustia con sudoración y aceleración del ritmo cardiaco dentro de él”.
Todas estas reacciones, por supuesto tienen una causa que hay que descubrir y manejarlas, suelen ser experiencias pasadas muy intensas que quedaron ancladas en la persona sin haberlas podido resolver.
A terapia, llegó una persona con fobia a los elevadores, y su oficina estaba en el 24 piso del edificio donde trabajaba. Tenía que llegar con mucha anticipación para ir subiendo por las escaleras poco a poco sin que la vieran y que al llegar no se le notase fatigada.
Después de explorar la causa de su fobia, le apliqué varios ejercicios, dentro de los cuales el que escribo a continuación fue clave en su cura.
Primero le dije que se parara diariamente unos minutos a ver a la gente que subía y bajaba del elevador sin problemas, mientras se decía cada vez que se abría el elevador: “Todos están bien, pues es normal subirse a un elevador” acompañado su frase de una respiración profunda.
Después de una semana hicimos este ejercicio:
Le dije que se sentara con su espina derecha, se relajara con una respiración profunda y que cerrará sus ojos.
  • Imagina que entras a una sala de cine,
  • Siéntate en una butaca al frente,
  • Ve como te sales de tu cuerpo y te trasladas a la sala de proyección, ahí donde se proyectan las películas,
  • Desde ahí te puedes ver sentada al frente y ahora vas a ver la película de cómo Verónica (tú), toca el timbre del elevador, entra, se cierra, sube los 24 pisos a su oficina, respira, sonríe, se abre el elevador y sale tranquilamente y sonriente,
  • Ahora regresas a tu butaca al frente,
  • De pronto eres parte de la película, eres la actriz y estás ahí, tocas el timbre del elevador, entras, se cierra, subes los 24 pisos a tu oficina, respiras, sonríes se abre el elevador y sales tranquilamente y sonriente.
  • Pausa.
  • Ahora pasas esta misma película en cámara rápida, en blanco y negro de ida y en reversa. ¡Vamos! Respira profundo.
  • Pausa.
  • Ahora la pasas a colores en cámara rápida de ida y de reversa. ¡Vamos! Respira profundamente.
  • Pausa.
  • Nuevamente la vas a pasar a colores pero en cámara lenta. ¡Vamos! Respira profundamente.
Ahora, regresas aquí y lentamente ve sintiendo tu cuerpo y abriendo los ojos cuando quieras hacerlo.
Al terminar con el ejercicio, le pregunté cómo estaba y realmente estaba tranquila.

Después de esta sesión pudo subirse al elevador, siempre respirando, sonriendo y diciendo mentalmente “Yo puedo estar tranquila en el elevador pues no pasa nada”.

El ejercicio anterior ubica al cliente en una situación inofensiva, pues ya estuvo observando a la gente subir y bajar del elevador antes.
Poco a poco se le va metiendo en la experiencia en diferentes modalidades, hasta llegar a la cámara lenta.
Para este tipo de fobias, es necesario acudir al terapeuta para explorar la causa de la fobia, pues ésta es un efecto de la misma.
Recuperado de: Estrategias en Programación Neurolingüística

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