lunes, 13 de mayo de 2019

El sinsabor de la vida...

No imaginé descubrir un agridulce sabor en la vida con apenas 23 años.
Puede ser mucho vivir 23 años, ahora lo creo, pero imaginaba que estos tipos de cuestionamientos nacían en una edad más próxima a la muerte, donde uno queda solo, recordando lo que fue y no se tiene en el presente, anhelando el final de una dura existencia.

Hace no mucho conversaba con una niña de 10 años sobre su familia, su aflicción en clase y entre otras tantas me dijo algo que aún recuerdo: quisiera tener 3 años. Mi respuesta natural fue preguntarle el porqué, ya que yo a su edad quería ser adulta y me parecía un poco extraño esa respuesta y quería comprenderlo. "Las cosas eran más fáciles cuando tenía 3 años..." me respondió.

Ahora comprendo mucho mejor su razonamiento, ahora que también me siento igual. No anhelo quitarme años de encima, por lo contrario, quisiera ya una vida hecha, de alguna forna sería un camino fácil a seguir en esta lucha constante con uno mismo.

"...Sólo te preocupabas en jugar, y me sentía feliz así"

Tocó a mi niña interior conocer esa respuesta porque realmente fue una etapa libre de preocupaciones. Con apenas 10 años, ella se sentía hastiada de las pocas o muchas responsabilidades que hasta el momento llevaba, de las amistades que había hecho, de su familia... de la vida, puedo comprender.


......


No hay comentarios:

Publicar un comentario