viernes, 20 de septiembre de 2019

Soliloquio de Segismundo 2

Es verdad. Pues reprimamos
esta fiera condición,
esta furia, esta ambición,
por si alguna ve soñamos:
Y sí haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir sólo es soñar;
y la experiencia me enseña
que el hombre que vive, sueña
lo que es, hasta dispertar.
Sueña el Rey que es rey

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me ví.
¿Qué es la vida? Un frenesí.
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.



- Pedro Calderón de la Barca - 

miércoles, 18 de septiembre de 2019

El Engaño


Soy tuya, Dios lo sabe por qué, ya que comprendo
que habrás de abandonarme, fríamente, mañana,
y que bajo el encanto de mis ojos, te gana
otro encanto el deseo, pero no me defiendo.

Espero que esto un día cualquiera se concluya,
pues intuyo, al instante, lo que piensas o quieres.
Con voz indiferente te hablo de otras mujeres
y hasta ensayo el elogio de alguna que fue tuya.

Pero tú sabes menos que yo, y algo orgulloso
de que te pertenezca, en tu juego engañoso
persistes, con un aire de actor del papel dueño.

Yo te miro callada con mi dulce sonrisa,
y cuando te entusiasmas, pienso: no te des prisa.
No eres tú el que me engaña; quien me engaña es mi sueño.



Alfonsina Storni

lunes, 2 de septiembre de 2019

Desidia responsable

¿Y tú, sabes hasta cuando vas a vivir?
Parece algo muy repetido, muy a cliché, que una y otra vez escuchamos, leemos e incluso repetimos, para mí al menos las horas y los días iban en cuenta regresiva.

Cuando pudieron darme la noticia quedé petrificada, un llanto contenido hacía revolver mi estómago y aparecía un tenue dolor en la garganta que poco a poco tomó mayor importancia ya que no podía decir una palabra más. Salí de la sala junto con su "buena suerte" del médico y caminé aletargadamente, como quien quiere caerse desmayada pero eso no era lo mío, nunca antes me había desmayado, no era una persona débil físicamente o al menos no hasta ahora, pero mis piernas podían sostenerme muy bien aunque caminaba con una lentitud de senectud. Dentro del baño del hospital quedé una rato encerrada llorando y autoconsolándome, respirando hondo y tratando de disociarme y encontrar compañía en mí misma.
No podía contarle a nadie,

Siempre a modo de broma le decía a mis padres que ellos me habían heredado, aparte de rasgos físicos sus enfermedades. El cáncer se llevó a mi abuela cuando mi madre tenía 14 años y muchas primas y tías la siguieron rápidamente, después de otros años más. No había más que hacer que empezar a vivir.

Uno puede vivir muchas veces, empezar de nuevo. Yo, que el infortunio siempre iba de mi lado, había muerto muchas veces pero renacía a medias, dejando partes mías sin signos de vida.
Pero esta vez debía vivir, lo cual significaba arriesgar más.

.....

H.H

Llegaste a tiempo


Debí haberte encontrado diez años antes o 
diez años después. Pero llegaste a tiempo.

Antes, me hubiera gustado conocerte con libertad, 
sin restricciones.
Sin limites ni complejos.
Después, con calma y serenidad,
Con paciencia y el tiempo que me permite la experiencia.

Te conocí a tiempo, a tiempo de encontrarte,
Para saber que existías, para llenar mis ojos y mi boca de tu sabor.

Para encontrarnos en el mismo tiempo y espacio.
Para disfrutarte y que me disfrutes,
Para tocarte y que me toques.
Para que supieras que yo estaba aquí para que me tomaras.

Y que me dejaras tomarte a ti
No fuiste antes ni después, fuiste a tiempo.
A tiempo para que me enamorara de ti.



Jaime Sabines