jueves, 3 de enero de 2013

"OMNIA TRANSIT"


Sus pasos eran débiles. Ya no había sonrisa que mostrar, ni una mirada en la cual pensar. No ya no más, déjalo atrás todo, todo! y sigue.
Tenía la edad que no le correspondía, una mirada agotadora y cansada, labios secos pero cálidos brazos, aunque su expresión era aun la de una niña. Su nombre era Adela. Mujer de poco carácter que muchas veces se dejaba 'pisar' por otras personas.

En casa, siendo ella la tercera de los hijos, era pisoteada, humillada e insultada.
Se sentía sola y así en esa soledad amaba a alguien que por lo menos le hacía olvidar los malos ratos y los insultos en su hogar, alejaba todo lo malo de su mente y la hacía caminar entre nubes con su compañía, solo por un momento. Hombre de palabras exactas para cada momento, de espíritu fuerte. Definitivamente sería la fortaleza de Adela, pero no cubría en nada su falta de afecto.
Parecía que cada cosa, cada palabra salida de su boca era errada, cada gesto y cada acto era incorrecto y así lo hacía sentir su 'perfecta' madre que tenía que decirle cosas que acababan con su su concepto.
Muchas veces sentía que exageraba las cosas y que se colocaba en el lugar de victima cuando las cosas no eran así pero mas bien era todo lo contrario.

¿Pensamientos de suicidio? Muchas veces y también quiso morir y lo hizo en silencio. Se decía a ella misma que cambiaría las cosas, que sabría salir adelante...ser feliz, como ella decía, pero decaía en cada momento de angustia. Tijeras, navajas, agujas..lo que tenga filo con tal de poder traspasar esa piel que quería hundir en un dolor, pero no más fuerte que el que sentía en el alma y que la destrozaba enormemente.

Sus amigos eran los únicos que la hacían cambiar de perspectiva. Aunque eran pocos ella los apreciaba y tanto ya que ellos eran los que sacaban su lado bueno, el piadoso y calmado ser que escondía en ella. Porque no podía ser libre en su hogar, se sentía apresada de todos los actos que pueda llegar hacer, por sus acciones equivocadas que la acompañarían, quizá toda la vida, desconfianza 'pura' en ella.

La música despertaba en ella tranquilidad y plenitud, melómana pero imposibilitada de tocar algún instrumento de cuerda como a ella le gustaría, tenía las manos atadas a una subordinación, a un esclavismo que la tenía prendada a una infinita infelicidad.


¡No muchacha!, despierta! no puedes dejarte caer en tan mísera condición, piensa en aquellos sueños que tenías, en tus metas, en pequeños logros que tenías, en tus amigos, en aquel ser que llenaba de luz tu vida pero que era alguien 'inventado'..no interesa! recuérdalo, piensa en una vida como la que soñaste...ay! mujer tan débil, respira y sigue..no no caigas en la desesperación, no en la depresión.....mujer despierta y vive!..sonríe cada vez más...no te hundas, despierta que yo muero y mi sueño cae también.
No, no acepto ser ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario