martes, 2 de julio de 2019

Omnia transit

Hay una dedicatoria que César Vallejo, un poeta peruano, escribió para una publicación que decía "para quien entienda". No recuerdo bien cuál era el contexto.
Para quien lo entienda..
Para quien comprenda mi alma,
ese algo solitario y
de vez en cuando triste,
de vez en cuando alegre,
ilusorio,
cantante,
flotante y de ultratumba,
tengo un poema, una canción
y una cita.
Con los reveses de la vida,
de la experiencia,
de la huida,
de la valentía y la arrogancia,
de lo poco que a veces queda
está mi alma.
Allá en el horizonte
donde reposa la calma,
donde se ve la dicha
donde descansa, tal vez, el alma,
veo tus ojos,
fugaces,
ardientes
y esquivos,
fuera de mi mirada que a todos lados persigue.
Allá en ese volcán,
está mi corazón,
siempre ardiente, siempre vivo
buscando pacto a pacto
a veces herido, a veces hostigado,
a veces oprimido
que tus latidos sincronicen con el mío.
Tu rostro está en el cielo,
tu perfume en el viento,
tus manos en la tierra
tu presencia en el fuego,
mas mi alma, triste
y mi corazón ardiente
pueden sentirte
y vuelven a sentirte
y vuelve tu presencia
a vivir dentro mío.
(...)
Trate de alejarme de tu presencia, de tu recuerdo, de tu voz, pero siempre que estoy a solas te recuerdo mucho más. ¿Cómo es que alguien puede domar un corazón, que siempre ha estado terco a cualquier realidad? ¿Cómo es que se consigue tranquilizar aquel latido que por mucho tiempo estuvo prendido a tu imagen?
La idea aún queda abierta debido a que no hay respuesta...

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